miércoles

Comunidades de Aprendizaje, Escuelas Aceleradas y Paradigmas Educativos

Comentário correspondiente a la sesión del día 11/11/2014



Resulta interesante reflexionar en atención a la definición que Samuel Kuhn nos ofrece sobre el significado del término Paradigma, que cualquier paradigma es válido por definición para toda aquella situación en la cual resulta efectivo.
De este modo, parece establecerse de manera implícita que la única solución lógica a la elección de un paradigma concreto, por encima de cualquier otro, responde a un simple criterio de adaptación a las circunstancias que, en última instancia, se corresponde con el único modelo de entre los propuestos, que dota de importancia al entorno en el que se desarrolla la actividad educativa de la persona.
Esto es, el modelo ecológico propuesto por Lorenzo Delgado.

Esto enlaza con la idea de Comunidades de Aprendizaje y Escuelas Aceleradas y su actitud global ante la enseñanza. La visión compartida y social de lo que ha de ser la educación, o mejor dicho, lo que la sociedad demanda del modelo educativo, plantea cuestiones tan diversas como, ¿hasta qué punto es posible la implantación de las demandas sociales en la oferta de nuestro sistema educativo? Y en sentido inverso, ¿cuál es el papel de las escuelas en la construcción de nuestra sociedad?


"El historiador de la ciencia puede ser tentado a exclamar que cuando cambian los paradigmas, el mundo mismo cambia con ellos"

En ese aspecto, parece que el papel que todos los grandes teóricos coinciden en conceder a la enseñanza parte de una doble vertiente dónde:

- La escuela aparece como reflejo de una sociedad.

- Se exige que el modelo educativo cuestione los valores sociales de cada momento.

La labor del profesor queda entonces condicionada por su posición como juez y parte del problema. 

El Sistema sueco de escuelas Vittra el aprendizaje se realiza a través de la propia experiencia y en contacto continuo con la vida cotidiana
Esto conduce al nuestra siguiente dificultad. En un país como el nuestro, que posee una trayectoria concreta, dominada durante cuarenta años por una dictadura fascista que operaba a su antojo, qué cabe esperar de la escuela del mañana, si nuestros profesores están desactualizados, provienen de una sociedad distinta de la contemporánea, dónde las verdades eran absolutas e incuestionadas y dónde la formación continua del profesorado y la evaluación de su calidad, únicamente permanecía ligada a su acreditación como profesor y a su buena voluntad.
Si lo que demanda la sociedad actual es una visión moderna de la educación, es razonable pensar que la formación del profesorado se ajuste a tales circunstancias y por tanto, deba configurarse como el centro de un sistema gobernado por la búsqueda de la profesionalidad y cualificación del educador, reposando ésta en una base científica y por supuesto, en una experiencia constatable.
El modelo socializante que proponen las Comunidades de Aprendizaje y Escuelas Aceleradas se me antoja insuficiente, por cuanto a dar la impresión de que se delegan parte de las decisiones educativas en miembros de la comunidad no cualificados, lo cual no responde a otra exigencia que a una mera falta de interés estatal y sobre todo de inversión.

 Es en el modelo nórdico en el que debemos fijarnos para configurar nuestro propio sistema educativo si queremos que este sea moderno, y no en Brasil o en un gueto californiano. Nuestros políticos suelen esgrimir como argumento que una diferencia de apenas dos puntos en el PIB, respecto a la inversión de países como Finlandia en educación, no es significativa, pero este es un argumento capcioso, en la medida en que debemos analizar cuanto dinero representa ese porcentaje en relación con el número de habitantes, y cómo se produce el desglose de dicho gasto.

Por comparar algunos números en tiempos anteriores a nuestra actual crísis, España invertía 35.155€ por estudiante en su educación obligatoria frente a los 40.866€ de Finlandia;  los sueldos de sus profesores son de 3.400€, contra los 1.800€ de nuestros nacionales; el coste para las familias era infinitamente inferior en Finlandia, al igual que las horas lectivas. Los resultados están a la orden del día y son de todos conocidos, ¿no será todo lo demás más que una burda escusa?, algunas frases de nuestro querido ministro, el señor Wert, como "la educación pública ha dejado de contribuir a la sociedad. Hay que centrarse en la calidad" o "no estamos para gastar 4.000 millones en estudiantes que dejan la carrera a medias" me invitan a pensar que sí.

Hugo Gil.

3 comentarios:


  1. ¿Somos realmente una sociedad moderna? No simplemente desde un punto de vista técnico y científico, sino desde la cultura, los valores, los hábitos. El cómo poder mejorar la educación es un tema muy complejo, por el hecho de que muchos factores y condiciones se tienen que dar para simplemente plantearlo o empezar este cambio. Creo que el principal es un cambio que parta de nosotros mismos como personas individuales y comencemos a entender lo que ocurre en la actualidad y a dónde queremos ir, qué meta queremos alcanzar, porque nunca nos ponemos de acuerdo en las cosas que todo el mundo parece querer y que son importantes, porque en último término nuestro egoísmo hace que olvidemos nuestras buenas intenciones y volvamos al punto de partida. Bajo mi punto de vista debemos empezar a cambiar nuestra cultura inmediatamente, porque creo que nos está haciendo mucho daño. Este cambio producirá un cambio de sociedad, que se reflejará en un cambio político, el cual nos permitirá el abordar una mejora de la educación, pero hay que empezar ahora, por nosotros mismos, sino esto nunca cambiará, y volveremos a caer en las viejas premisas de culpar a los políticos, ellos no son más que un reflejo de nuestra sociedad actual.

    Totalmente de acuerdo en copiar a aquellos modelos educativos que tienen los mejores resultados, porque para mejorar hay que copiar, hay que fijarse en otros y aprender de ellos. Estoy un poco cansado de escuchar: es que España no es Finlandia, es que en España tenemos otra cultura. Si seguimos así pasarán generaciones tras generaciones, seguiremos haciéndonos daños a nosotros mismos y a los que están por venir e iremos a peor. Si no cambiamos nosotros, no se podrá mejorar en ningún aspecto, y cuánto antes lo hagamos, antes podremos reflexionar sobre todo el tiempo perdido.

    Os dejo un artículo en el que se explican algunas diferencias entre el modelo educativo español y el finés.



    http://www.institutohemingway.com/es/blog/542/diferencias-con-el-sistema-educativo-de-finlandia-y-espana-tambien-en-aprendizaje-de-idiomas.html

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    1. Gracias por el artículo. Lo he leído y para mí, como austríaca, es muy interesante cómo opuesto es el sistema escolar en España y en Finlandia. Ya he oído y aprendido mucho sobre el sistema escolar finlandés en cursos anteriores, ya que es un excelente ejemplo de la educación exitosa. También en Austria hay mucho para cambiar y revisar lo que se refiere al sistema educativo, aunque mucho se ha hecho en la dirección correcta. Con la dirección correcta, quiero decir que las escuelas se hicieron más inclusivas. Por ejemplo, no hay más los grupos de prestación de la escuela secundaria que han dividido a los alumnos en “buenos” y “malos” alumnos.

      Siempre hay más en la dirección del constructivismo como se puede observar en el sistema educativo de Finlandia. El profesor como diseñador de entorno de aprendizaje y el estudiante como parte activa de la enseñanza. El aprendizaje como un proceso de construcción activa y como proceso automático de la apropiación de la persona. A mí me gusta esta idea, pero necesita grandes reformas estructurales y de más dinero.

      Lo triste es que siempre falla en el dinero y que nuestros alumnos siempre será el perdedor.

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  2. Hola chicos, quiero aclarar que estoy de acuerdo con los puntos de vista que habéis dado cada uno. Con Hugo estoy de acuerdo que me parecería insuficiente el aferrarse a las escuelas aceleradas y a las comunidades de aprendizaje como si fuera la solución a los errores de nuestro sistema educativo y como si fuese el camino a recorrer para siempre en la educación. Obviamente tienen sus limitaciones. Yo creo que la escuela que hemos vivido tampoco estaba nada mal, es decir, hay conceptos que debemos de trabajar. Es cierto que aprender a hacer la raíz cuadrada de 776 no me va a servir para la vida cotidiana; pero realmente sí que me sirve. O por ejemplo, saber dividir; quizás no voy a dividir mentalmente cifras muy elevadas, pero con el paso del tiempo y la repetición de la división, sé realizar divisiones mentalmente por eso mismo, por haberlo machacado; y quizás si no las hubiese machacado en su tiempo, hoy en día no sabría dividir nada más que con la calculadora. Creo que debería ser un compendio tanto de la educación tradicional como de la "nueva educación".

    Pero no creo que el cambio hacia un nuevo sistema educativo nuevo sea la solución al absentismo escolar o al mismo fracaso. Pienso como Raúl en ese punto. Hoy en día la sociedad tiene unos valores que dejan mucho que desear. Se le ha perdido el respeto al profesorado y se valora lo vulgar, el laísmo y a la princesa del pueblo. Eso es crítico, y creo que las comunidades de aprendizaje poco pueden hacer. Hay que educar a los niños desde que nacen, pero en vez de hacer eso se le echa el muerto encima al profesor, como si con su varita mágica pudiera hacer algo. Ayer mismo fui al estadio a ver un partido de fútbol y me fijé en los aficionados radicales que insultaban a los jugadores. Había niños con ellos, niños que imitan a sus padres y al final el resultado es lo que tenemos hoy en día; falta de respeto y de civismo, donde el aquí mandan mis huevos predomina por encima de todo y eso no se aprende en la escuela. ¿De verdad esos padres van a estar implicados en la educación de sus hijos?. También es cierto que los niños al ser niños, no es que le falte motivación para ir a clase porque el colegio es aburrido, es que prefieren estar en la cama hasta las once calentitos y luego irse a jugar con sus amigos y sin tener responsabilidades. A mí me pasaba eso y al final fui yo el que me dí cuenta de que debía de ser responsable, veía el ejemplo en mis padres, mis hermanos y lo aprendí de ellos y yendo a la escuela tradicional.

    Lo que sí es cierto es que la oferta educativa era escasa y la orientación escolar era nula. Esto, por lo menos en mi caso lo considero por falta de recursos económicos como dice Michaela y también por falta de iniciativa por parte de un sistema de docentes un poco quemado con su alumnado. No podemos comparar Finlandia con España; en Finlandia hay cinco millones de habitantes y tienen recursos económicos como para permitirse dos orientadores por niño si quieren. Lo que sí envidio de Finlandia es el civismo de su población, el respeto, los valores que tienen y por eso creo que empezando por ahí podríamos solucionar el problema de nuestro sistema educativo; no con cambios en decretos, asignaturas, planes educativos, etc; debemos de cambiar nosotros primero y mirarnos el ombligo y actuar como una sociedad educada "en valores" más que educada en "conocimientos".

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